Si te han contado que el camino para emprender está libre de obstáculos, te han mentido. Y es que entre la competencia del mercado, clientes exigentes, falta de capital… el proceso puede convertirse en todo un reto. Y la actitud que tomes frente a ello dependerá de tu mentalidad emprendedora.
¿Cuántas veces dijiste que no puedes? ¿Has rechazado un proyecto por no sentirte capaz de ponerlo en marcha? Son muchas voces que llegan a nuestra mente para sabotearnos, pero si resguardas tu visión, podrás salir con éxito.
Debes saber que, en medio de cualquier panorama, siempre puedes desarrollar una mentalidad ganadora, centrada en oportunidades, crecimiento y aprendizaje.
A continuación, te ayudamos a identificar los pensamientos negativos que pueden surgir y cómo hacerle frente para seguir adelante.
Contenido del artículo
Tipos de mentalidad negativa que pueden ser un obstáculo para triunfar
Barrera frente a oportunidades: la mentalidad pesimista
Un buen emprendedor no puede ser excesivamente optimista ni negarse a ver la realidad, aunque esta no sea de su agrado.
Cualquiera de los dos extremos resulta perjudicial para el negocio, debido a que mantener una mentalidad pesimista es una barrera que no te permitirá identificar oportunidades, aprender de las equivocaciones y mantenerte en pie a pesar de los obstáculos.
Este tipo de mentalidad suele presentarse en personas que se caracterizan por ser perfeccionistas, rígidas y ansiosas.
Se detecta, por ejemplo, al mantener esta actitud ante la queja de un cliente o cuando están en presencia de un error en un proyecto.
Suele ser un enemigo potencial, ya que comienza la idea de abandonar todo; o da pie a preguntarse si fue una buena decisión independizarse.
¿Cómo actuar frente a esta mentalidad emprendedora negativa?
Cuando notes que empiezan aparecer los síntomas de la visión pesimista, lo primero que debes hacer es reconocer que eres un ser humano con fortalezas y debilidades.
Después, en un diario o cuaderno, escribe los problemas que se te presenten en tu rutina diaria, así como tus frustraciones. Esto, con la intención de compartirlas con otros, buscar ayuda, pedir consejos y reflexionar sobre posibles soluciones.
Bloqueo potencial: la mentalidad de la escasez
La mentalidad de la escasez suele aparecer en personas con una autoestima baja, quienes no saben cómo manejar el ser rechazados para luego pensar que lo que ofrecen al mercado no sirve.
Por ello, normalmente realizan acciones que resultan negativas para el negocio, como disminuir con frecuencia los precios o aceptar cualquier proyecto que llegue a sus manos.
Este tipo de mentalidad emprendedora ejerce una clase de bloqueo, en el que se cree tener una idea que llevará a la prosperidad. Afecta el valor que le das a tus productos o servicios, tu creatividad y esfuerzo.
¿Cómo evitar esta visión negativa?
Puedes apartarte de ella, al establecer contacto con clientes que se hayan sentido satisfechos con lo que hiciste y pregúntales cuál fue su experiencia al comprar tus productos o servicios.
Posteriormente, céntrate en eso que te diferencia del resto y resáltalo en tus presentaciones, sitios web, redes sociales y otros canales de comunicación y promoción.
Sensación de no ser suficiente: la mentalidad del impostor
Este tipo de mentalidad se encuentra muy asociada a la anterior, algunas personas tienen la tendencia a pensar que no están en la capacidad de estar frente a un negocio con éxito o que no están preparados para ofrecer el mejor de los productos o servicio.
Esto suele ser muy común, y es que cuando un negocio da inicio, son muchas la funciones por hacer.
Lo que sucede con este tipo de mentalidad emprendedora negativa es que se aparenta tener cierta seguridad, pero la realidad es que no te sientes lo suficientemente bueno.
¿Cómo ganarle a la mentalidad del impostor?
Si este es tu caso, trata de comunicarte con otros emprendedores que se sientan igual. Pídeles que compartan sus experiencias, así podrás identificar si te estás autosaboteando.
Ahora bien, si crees que este tipo de mentalidad negativa te está afectando más de lo normal, dirígete a buscar ayuda profesional, bien sea con un psicólogo o con un entrenador de vida.
¿Cómo resguardar tu mentalidad emprendedora?
Utiliza técnicas de resiliencia
Las técnicas de resiliencia son ideales para afrontar el desánimo relacionado con el cansancio vital que no nos permite desempeñar ciertas tareas.
Algunas técnicas que te pueden ayudar son:
- Haz una lista de tus logros obtenidos.
- Modifica el planteamiento de tus problemas.
- Cambia la perspectiva.
- Levanta el ánimo y confía en el proceso.
Aprende a desconectar
Todos necesitamos activar ese comando que nos coloca en pausa. Algunas técnicas que pueden ayudarte a desconectarte son la meditación, la relajación, el yoga, o simplemente opta por dar un paseo que te permita reconectarte contigo mismo.
Promueve el autoconocimiento
Si llegas a conocerte a ti mismo, podrás entender y manejar tus emociones, detectar tus fortalezas y debilidades.
Saber dónde están las fugas de energía te ayudará a hacerle frente a una mentalidad emprendedora negativa.
Otra alternativa que puedes poner en práctica es conversar con otros profesionales y emprendedores que se encuentren en tu misma situación.
Acepta y no te anticipes
Normalmente, se tiene la atención puesta en varios aspectos del negocio, por eso es fundamental que manejes correctamente tu tiempo para evitar complicaciones.
Trata de no anticiparte, ten presente que lo primero es aceptar el momento presente y gestionar la carga de trabajo.
Cuenta hasta diez
Para llegar a conseguir el éxito en tu negocio, es necesario dejar el miedo atrás. El pánico se encuentra vinculado con el miedo tóxico, el cual no te permite descansar y te descontrola.
Trata de actuar con tranquilidad. Una técnica simple, pero eficaz que puedes aplicar, es contar hasta diez antes de tomar una decisión importante.
Asumir el protagonismo de tu destino
Es fundamental que determines tu mentalidad emprendedora ante las diferentes circunstancias que se te presenten, así como aprender a tratarte bien a ti mismo.
Habla bien de ti, di cosas positivas y palabras que te llenen de ánimo. Cuando no te sientas capaz de hacer algo, repítete: yo sí puedo hacerlo, lo voy a lograr.
Recuerda que un emprendedor debe ser realista y, al mismo tiempo, manejar los riesgos, detectar y aprovechar las oportunidades; todo esto sin dejarse vencer.