Tener un negocio no siempre es garantía de éxito; es la triste realidad que todo empresario debe conocer. A veces, se dan situaciones que desencadenan el fracaso empresarial. Así que si quieres evitar que pase, puedes comenzar por conocer las diferentes experiencias y motivos que han llevado a algunas empresas a cerrar.
Hay muchas interrogantes que surgen en un entorno empresarial. Y aunque el camino forma parte de la experiencia, no siempre se cuentan con las habilidades y las personas correctas para hacer que los proyectos sean exitosos.
A continuación, mencionaremos algunas razones comunes por las que fracasan las empresas. Toma nota:
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¿Por qué fracasan las empresas?
Sobrecarga
Hay algunos modelos de negocio que exigen más en una temporada específica. Llegan los lotes de producción, lo que requiere de más fuerza de trabajo y una estructura sólida. Así que si se produce una sobrecarga, hay muchas posibilidades de que se tambalee la estabilidad de la compañía.
Si esto sucede, lo mejor es anticiparse a las temporadas de más producción. Prestar atención a los costes, y no vender solo por hacer rotar la mercancía.
Fallos en la cultura corporativa
Todas las empresas quieren crecer, pero algunas quieren hacerlo muy rápido; y esto es un error. Si se tiene una cultura corporativa bien definida, con una misión clara, es más fácil seguir la línea.
La cultura corporativa debe estar en constante evaluación. Intentando que el equipo de trabajo se integre en la razón de ser. De lo contrario, si hay personas que trabajan por otro norte, es posible que los procesos se ponga en riesgo.
Dejar atrás la innovación
Hace un tiempo atrás, muchos negocios se cerraban a los cambios. Afirmaban que es su forma de trabajar, y siempre lo han hecho así. Como sabes, este es uno de los principales errores. Y es que en los negocios las tradiciones cuentan, pero la evolución también.
Toda empresa debe saber que si no se adapta a los cambios está condenada al fracaso. Esto frenará su crecimiento y hará que la competencia aplaste rápidamente al negocio.
Falta de visión estratégica
Es importante no concentrarse en un solo punto. Puede que por solo dedicarse a las ventas, te olvides de las compras y los costes. Aquí es fundamental reflexionar a largo plazo, estableciendo un plan que permita medir todos los procesos.
Disminución de la calidad
Quizás te ha pasado que has ido a un restaurante: te ha encantado la comida, pero luego regresas y la calidad ha desmejorado mucho.
Seguramente no querrás volver otra vez, y difícilmente harás una recomendación de ese negocio. Este es uno de los ejemplos más comunes, y pasa con más frecuencia de lo que te imaginas.
Una empresa que descuida su calidad está destinada al fracaso empresarial. La clave está en la medición y el control constante.
Ventas forzadas
Sí, ciertamente un negocio debe vender para obtener ganancias. Pero no siempre deben darse las ventas, sobre todo si no cumplen con los parámetros necesarios. Vender a toda costa puede desencadenar el fracaso empresarial.
Antes de concretar una venta, es importante considerar aspectos financieros, como la solvencia de los clientes. Además de la calidad del producto o el servicio.
Cambios en el mercado
Los entornos de un negocio cambian constantemente. En ese sentido, necesitas constantemente estar actualizándote con las nuevas tendencias. Conocer las necesidades de los clientes y adaptarte a ello.
La reinvención no es mala. A veces es necesario remodelar el local, darle un giro a los productos, una nueva presentación. Siempre considerando qué quiere el consumidor.
Problemas con la producción
Todos los engranajes que forman parte de la producción deben estar activos, al pendiente de que surja un pedido y el negocio esté en la capacidad de aprovechar el proyecto.
Aún más, este aspecto debe considerarse para tomar las previsiones en temporadas de mayor demanda. Si tu negocio no está preparado para producir, desaprovechará un sinfín de oportunidades.
Fata de liderazgo
Quien dirige la empresa debe tener la habilidad de enfocar sus acciones en el crecimiento y sostenibilidad del negocio. Estrategias como control no deben dejarse atrás.
Es crucial que cada departamento cuente con un líder que sea adapte a los cambios, dirija los procesos, incentive a los miembros del equipo y promueva la realización de actividades con un rumbo claro.