Está muy bien buscar las mejores estrategias para vender, tener presencia en las diferentes plataformas y una buena optimización de tu sitio, pero eso no es todo. Para que puedas ver los resultados, es importante prestar atención a la organización financiera de tu negocio, ya que será la diferencia entre escalar al éxito o el estancamiento.
Hay muchos recursos a los que puedes recurrir para que tengas un equilibrio entre las ganancias de tu empresa y los gastos. Claro, dependiendo del tipo de negocio, podrás adaptar las estrategias, hacer ajustes y encaminar tus acciones a una buena rentabilidad.
¿Sabes cómo están las finanzas de tu negocio? Si estás teniendo algunas dificultades, ya sea para organizarte, cumplir los compromisos o alcanzar tus metas, tal vez es hora de tomar en cuenta los consejos que te traemos a continuación. ¡Toma nota!
Contenido del artículo
¿Qué indicadores debe tener todo negocio para conocer su salud financiera?
Para saber cómo está tu organización, en términos financieros, es importante hacer un diagnóstico. Esto nos ayudará a saber en qué condición está su índice de rentabilidad, y si es el momento indicado de invertir, aumentar la producción o incrementar las ventas.
Utilizando los indicadores adecuados, es posible llevar una buena organización financiera, que facilite tranquilidad y expansión en el mercado. Permitirá cumplir con los compromisos, tanto de clientes como proveedores.
Estos son algunos indicadores a considerar:
Nivel de facturación
Ciertamente, las ventas son el pilar fundamental. Pero, en muchas ocasiones, nos olvidamos de monitorear el nivel de facturación. Así que es fundamental hacer una comparación entre las operaciones realizadas, la facturación y el ingreso a caja.
¿Cómo puede ayudarte este indicador? Comprobando si vas por buen camino, de acuerdo a los objetivos que te hayas planteado. También es útil para saber si alguna estrategia no está funcionando bien.
Margen de ganancias
Si analizas cuál es tu margen de ganancias, tendrás una idea de los gastos e ingresos que tiene tu negocio. Considerando que no solo se trata de un margen alto, si este representa muchas pérdidas y gastos.
Una recomendación para que este indicador te sirva con la organización financiera de tu negocio es destinar un porcentaje de la facturación a inversiones. Así, puedes mejorar la estructura, fortalecer el stock, comprar más herramientas o contratar personal capacitado.
Además, debes considerar la financiación de operaciones, el pago a proveedores y los salarios.
Flujo de caja
Con un análisis del flujo de caja, podrás determinar la cantidad de transacciones, ya sea las entradas o salidas de dinero de tu negocio.
Al momento de tomar una decisión, con este indicador, podrás saber los movimientos de las actividades operativas. Determinar cuáles tienen más gastos, qué partidas son las más altas, y cuáles son necesarias de recortar.
Pasos para una organización financiera
Sin importar el tamaño de tu negocio, si planificas tus finanzas, podrás organizarte para encaminar las acciones a un mejor rumbo.
Las recomendaciones para una buena organización financiera son:
La planificación es la base de todo
Procura que tu negocio tenga una cultura de planificación y que todo tu equipo la conozca, comparta y la aplique en cada proceso.
Te ayudará definir cuál es el objetivo de tu negocio, a dónde quieres llegar, y qué valores los guiarán en el camino.
Toma en cuenta los siguientes aspectos:
- Presta atención al régimen fiscal al que estará sometido tu negocio.
- Planifica metas financieras a largo plazo.
- Haz un plan de acción para determinar cómo se debe actuar ante los diferentes escenarios.
- Utiliza los datos para comprender el desempeño financiero.
- Establece metas realistas.
Crea cuentas separadas
Este es un error muy frecuente de organización financiera. Aquí es crucial establecer límites entre las cuentas personales de los socios y las del negocio.
Podemos ver este escenario con frecuencia cuando se trata de empresas que están comenzando. El resultado puede ser endeudamiento excesivo y falta de control en las operaciones.
Lo que puedes hacer para evitar esto es dejar todo claro desde un principio. Además de definir un programa de retiros mensuales o asignaciones a socios y gerentes.
Procura tener personal capacitado
Ciertamente, si estás comenzando con tu negocio, tal vez no dispongas de los recursos para tener un personal en cada área. Pero lo que sí puedes hacer es capacitarte en todos los aspectos financieros que sean necesarios.
Y cada vez que tengas la oportunidad, contrata profesionales que te ayuden a encaminar tu negocio a la organización financiera. Este punto es fundamental para llevar bien los asuntos tributarios, evitar multas y obtener otros beneficios.
Procura tener una buena estructura de contabilidad que contribuya a tener un equilibrio en los costes y la facturación. Además, servirá para aprovechar las oportunidades de inversión y mejoramiento operativo.
Recurre a herramientas de gestión
Las hojas de cálculo son un infaltable para hacer libros auxiliares y llevar un control financiero. Pero no es suficiente, si quieres dar un paso más en la organización financiera de tu negocio, es importante que automatices los procesos, con algunas herramientas de gestión.
Existen programas que se integran de acuerdo a tus procesos. Así, podrás hacer seguimiento a tus propuestas comerciales, eliminar las tareas repetitivas y minimizar el riesgo de errores.
Una buena herramienta te ayudará a actualizar el flujo de tus procesos, movimientos diarios, cuentas por cobrar, por pagar, proyección, costes, entre otros.
Identifica los obstáculos
Si has analizado los pilares fundamentales de tus finanzas, seguramente detectarás con más facilidad dónde están los obstáculos que te impiden avanzar.
Verifica y clasifica tus costes, cuáles son necesarios y cuáles puedes eliminar. Esto te ayudará a determinar dónde está el exceso y la razón de que ocurra.
Sigue una disciplina financiera
La planificación y organización es la base de todo. Sin embargo, para lograrlo deberás establecer una disciplina financiera que sea compartida con todo el equipo de trabajo.
Y es que determinando los objetivos, podrás encaminar las tareas para que se lleven a cabo. Para lograr esto, puedes crear rutinas de trabajo y luego monitorearlas. Esta estrategia te ayudará a controlar los movimientos financieros de tu negocio.