¿Tienes tiempo queriendo materializar una idea? Puede que tengas un plan genial, todo pareciera indicar que será un éxito, pero hay algo que te impide transformar tus ideas en proyectos reales.
Si te identificas con lo anterior, debes saber que hay muchas personas con ideas creativas que dejan sus sueños solo en un papel. Y si no quieres que te pase a ti, tendrás que pasar a la acción, ¿cómo hacerlo?
Dar comienzo a un negocio no es tan sencillo, es cierto que tener una idea no es suficiente. Pero siempre tendrás la oportunidad de lograrlo, así que te damos unas recomendaciones para que logres pasar de una idea a un proyecto. ¡Presta atención a las siguientes líneas!
Contenido del artículo
Cómo transformar una idea en un proyecto real
Haz que tu idea resuelva una necesidad
No siempre es necesario que inventes o diseñes algo desde cero, tiene más valor que mejores u optimices algo que ya existe. El éxito alcanzado por muchas empresas, como Apple, no se debe precisamente a los inventos, sino a las mejoras.
Cuando tomes la decisión de emprender, puedes iniciar con un producto que no sea muy competitivo, inclínate más hacia la utilidad.
Por ejemplo, si te gustan los autos de carrera y quieres apostar a que sean mejores, en lugar de comenzar a fabricar autos de carrera desde cero, pregúntate: ¿qué puedes vender a las empresas que fabrican autos de carrera?
Puede que el anterior consejo te resulte poco ambicioso, pero míralo como tu boleto de entrada, porque luego de que estés dentro del mercado podrás proponerte crecer aún más.
Trata de que tu idea responda a una necesidad y que añada valor a los demás.
Determina el valor diferencial de tu idea
Es común que cuando piensas que tienes una idea magnífica, te percatas de que ya hay alguien más desarrollándola. Pero tranquilo, esto es muy normal. No te des por vencido tan rápido, solo debes tratar de buscar y comprender qué cosa puedes hacer mejor que otros.
¿Cuál es la estrategia aquí? Hacer una investigación de mercado, inicia tu búsqueda por internet y luego, si es necesario, ve más allá.
Con esto podrás determinar si tu propuesta de valor requiere de alguna modificación y verificar si lo que ofreces es de verdad requerido en el mercado.
Busca los puntos débiles y ofrece mejoras, ese es un valor diferencial. No necesariamente los encontrarás en el producto, pueden estar en el proceso de compra, retrasos en la entrega, falta de automatización, entre otros.
Planifica y define tu proyecto
Aquí debes, en lo posible, expresar tu idea o propuesta brevemente. Si tu producto o servicio está centrado en la idea de alguien más, pero con algo que lo diferencia, es importante que aclares este punto.
No te extiendas mucho, porque lejos de ayudarte a concentrarte, terminarás confundiéndote. El secreto está en ser específico, con objetivos claros.
Escribe tu proyecto. Aquí algunas recomendaciones:
- Identifica el problema. ¿Qué has identificado, requiere de una mejora?
- Grado del problema. ¿De qué manera el mercado se ve afectado por ese problema?
- La solución. ¿De qué forma piensas solucionarlo?
- Propuestas de valor. ¿En qué se diferencia tu producto o servicio del de los demás?
- Acción: ¿Qué requieres para lograr tu objetivo: compras, inversiones, marketing…?
Ordena los elementos y prioridades
En este paso, deberás organizar las ideas obtenidas anteriormente. Esto se realiza detectando los elementos principales y secundarios, para luego ordenarlos según la secuencia y/o prioridades.
Trata de dar respuesta a interrogantes como: ¿Qué debes hacer para alcanzar el resultado final esperado?, ¿En qué orden se deben realizar estas acciones?, ¿Cuál es el elemento fundamental que te llevará al éxito?
Dependiendo del tamaño del proyecto de tus ideas, o el nivel de control que se necesite, puedes optar por utilizar herramientas de planificación de proyectos.
Las herramientas siempre te ayudarán a transformar tus ideas en proyectos reales. Y es que, a través de ellas, podrás llevar un orden cronológico de las fases del proyecto, identificar los elementos claves y tomar las mejores decisiones.
Haz una ruta de procesos
Para que logres transformar tus ideas en proyectos reales, y puedas avanzar, debes seguir una ruta de procesos. Te ayudará responder estas preguntas:
- ¿Qué acción se requiere para darle continuidad al proyecto?
- ¿Qué paso llevarías a cabo físicamente que esté relacionado con las acciones definidas?
- ¿De qué manera distribuirías los recursos físicos para que el proyecto avance?
En otras palabras, se debe establecer una acción específica, viable, que requiera de una actividad y de un tiempo determinado.
Dale prioridad a las acciones
Si has llegado hasta este punto, es muy probable que todavía no te sientas seguro de tu idea, y continúes sin tomar acción y ejecutarla.
Esto sucede cuando no has establecido de manera correcta el resultado, las acciones; y no has detectado aún la secuencia de acciones específicas a seguir que te estimulen.
Para que pases a la acción, puedes seguir este plan:
- Programa la acción, por ejemplo: conseguir proveedores.
- Configura recordatorios en donde puedas ubicarlos en el momento oportuno.
- Describe el proyecto de manera que te genere confianza (y te motive).
- Haz una revisión de los objetivos y resultados que deseas obtener.
Es el momento de armar tu plan de negocio
Un buen plan de negocio te ayudará a transformar tus ideas en proyectos reales. Puedes comenzar por visualizar los modelos de negocio más exitosos. En Internet encontrarás buenos ejemplos.
Recuerda que tu idea no llegará hasta el siguiente punto si no aprendes a convertirla en dinero.
Busca aliados
Lo más recomendable es que consigas ayuda de expertos, inversionistas y de personas que tengan experiencia en el área. Ten presente que para transformar tus ideas en proyectos reales, será necesaria toda la ayuda posible.
Este es un truco que podría servirte: haz una lista de 5 personas que pueden aportar valor a tu idea. Reúnete con ellos y elabora una lluvia de ideas. Será muy útil para recopilar información y transformarlo en un logotipo único, un nombre de marca original, tu sitio web llamativo, el manejo de tus redes sociales, entre otros.