Pese a que desde algunas instancias y foros se sugiere continuamente lo contrario, lo cierto es que constituir una empresa o montar un negocio no es un proceso tan sencillo ni rápido de realizar: es preciso dar una serie de pasos previos y cumplir con un buen número de trámites legales y administrativos.
En gran parte de los casos, una condición previa ineludible es obtener financiación para pequeñas empresas y negocios. Así que veamos, paso a paso, qué es lo que debes hacer y en qué orden, prestando especial atención al tema de la financiación.
Contenido del artículo
1. Elabora el plan de negocio
Lo primero es elaborar el plan de negocio, un extenso documento que recoge la descripción de tu proyecto, el análisis del mercado, la estrategia comercial, el plan financiero y la previsión de contingencias.
Este documento sirve para demostrar la viabilidad económica de tu idea, tus objetivos y tus estrategias, algo imprescindible para presentar la propuesta a inversores, posibles socios y entidades financieras.
2. Busca la financiación necesaria
Para poner en marcha tu negocio necesitarás contar con una cantidad de dinero suficiente para cubrir los gastos iniciales, caso del alquiler o compra del local, la adquisición de maquinaria y equipos, el pago de impuestos y tasas o el stock inicial de productos.
Si no dispones de fondos suficientes, más adelante te explicamos con detalle cuáles son tus opciones y qué es lo que tienes que hacer para ampliar tus posibilidades de obtener financiación para tu empresa o negocio.
3. Elige la forma jurídica del negocio
Una vez que tienes la garantía de que dispondrás de los fondos necesarios, es el momento de elegir la fórmula jurídica bajo la que desarrollarás el proyecto. Para pequeñas empresas, las fórmulas más habituales son:
- Trabajador autónomo (con o sin empleados): es la vía más rápida y económica cuando el proyecto empresarial va a ser desarrollado por un único emprendedor.
- Sociedad limitada (S.L.): recomendada para proyectos en los que están implicados varios emprendedores.
- Sociedad limitada laboral (S.L.L.) y sociedad cooperativa (S.C.): ambas fórmulas son las más indicadas cuando se trata de varios emprendedores que, además, desean trabajar en la empresa con contrato laboral.
Para no errar el tiro, lo más indicado es que consultes con un asesor cuál es la fórmula que se ajusta mejor a tus necesidades e intereses.
4. Realiza los trámites legales y administrativos
El último escollo es realizar los trámites imprescindibles para dar de alta tu negocio o empresa, cumpliendo con la normativa vigente.
A continuación te detallamos los diez pasos a seguir si te decides por una fórmula societaria. Si prefieres comenzar como trabajador autónomo, entonces tu periplo administrativo se reduce a los últimos cuatro pasos:
- Solicita el certificado de denominación social, que acredita que el nombre de tu empresa no coincide con el de otra ya existente.
- Redacta y firma los estatutos sociales de la sociedad, que regulan el funcionamiento interno de tu empresa.
- Deposita el capital social exigido en una entidad bancaria, donde te expedirán un certificado de depósito.
- Constituye la sociedad ante notario, quien te entregará la escritura pública de constitución.
- Inscribe la empresa en el Registro Mercantil, donde te otorgarán un número de identificación fiscal (NIF) provisional.
- Da de alta la empresa (o a ti como trabajador autónomo) en el impuesto de actividades económicas (IAE) y obtén el NIF definitivo (si eres autónomo, este coincidirá con tu DNI).
- Haz lo propio en el régimen de la Seguridad Social que corresponda: Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) o Régimen General de la Seguridad Social.
- Solicita las licencias y permisos necesarios para el desarrollo de tu actividad: licencia de apertura, licencia de obras y permisos especiales.
- Da de alta a tus trabajadores en la Seguridad Social.
- El paso final es que abras al público las puertas de tu empresa o negocio y comiences a rentabilizar la inversión.
Fórmulas de financiación de un pequeño negocio o startup
Dedicamos dos apartados específicos a la financiación, puesto que cuando no se dispone de suficientes fondos propios (que es lo habitual), lo más difícil de montar nuevas empresas y negocios es obtener esa financiación. Estas son las tres opciones que hay:
Financiación bancaria
Las entidades bancarias son relativamente exigentes a la hora de conceder financiación, pero el resto de opciones también distan mucho de ser un camino de rosas. Además, los bancos ofrecen a empresas y autónomos indudables ventajas.
Entre ellas, se encuentra la posibilidad de asociar atractivos servicios a las cuentas bancarias específicas para autónomos y pequeñas empresas. A modo de ejemplo, mencionamos la posibilidad de disponer de un datáfono virtual, un sistema con el que se puede cobrar utilizando un teléfono móvil, a cualquier hora y desde cualquier lugar en el que la red telefónica disponga de cobertura de datos.
Financiación privada
Las principales opciones de financiación privada son los business angels, los fondos de capital riesgo y las plataformas de crowdfunding. Las tres son alternativas más flexibles que la bancaria, pero tienen sus inconvenientes:
- Las dos primeras exigen ceder a terceros parte de las participaciones o incluso el control de la empresa. Lo mismo puede ocurrir con los beneficios.
- La última opción solo suele ser válida para negocios que requieren de inversiones muy pequeñas. Además, no está garantizado que se cubran todas las expectativas de financiación.
Ayudas y financiación públicas
Se trata de un valioso complemento a la financiación bancaria o privada. Hacemos hincapié en este punto: muy difícilmente se cubrirán todas las necesidades de fondos si solo se recurre a la financiación o a las ayudas públicas.
Cómo aumentar las posibilidades de obtener financiación para una nueva empresa o negocio
Obtener financiación no solo es cuestión de cumplir con los requisitos fijados por quien la concede. Las impresiones previas a la andadura empresarial también juegan un papel importante. Por tanto, es preciso:
1. Contar con un plan de negocio sólido y, sobre todo, realista
Ayuda mucho disponer de un plan de negocio que defina claramente la idea, el mercado, la competencia, la propuesta de valor, la previsión de ingresos y costes, los objetivos y la estrategia.
Por supuesto, el plan ha de ser 100 % objetivo y realista. En este sentido, recomendamos incluir tres posibles escenarios de ingresos: el optimista, el medio y el pesimista.
2. Cuidar la imagen y la comunicación
Esto es especialmente importante cuando se solicita financiación privada. Es muy conveniente disponer, antes de solicitar la financiación, de una presencia profesional y atractiva, tanto en internet como en redes sociales.
Esto incluye la creación de una marca, un logotipo y unos contenidos que transmitan la identidad, la fuerza y el valor diferencial del proyecto de empresa.